Moda responsable, ética y sostenible, cuando vestirse es mucho más que llevar ropa

"Luchamos contra esa carrera por llenar los percheros de los grandes almacenes, una lucha contra reloj e irracional que genera unas necesidades ficticias y que tanto daño hacen a nuestro planeta"

En la pasada edición de BioCultura Madrid la moda sostenible tuvo un gran protagonismo. Además de lo aprendido en el encuentro para ecobloggers, la Jornada “Nuevos modelos económicos para cambiar el mundo” me pareció de lo más interesante. Así es como conocí a Paloma G. López. Participó en la Jornada hablando de lo que más sabe, la moda sostenible. 

Su intervención me supo a poco y he querido saber más de ella, y de su proyecto The Circular Project. 

¿Cómo, cuándo y por qué nació el proyecto?

The Circular Project nace en diciembre del 2014 y es un paso adelante después de crear mi primera marca: El Sinvivir , con ella descubrí la reacción de la gente cuando le contaba qué había detrás del proyecto, por qué era necesaria una moda responsable, ética y sostenible y los beneficios que esto tenía a nivel personal y social apostar por vestir de esta manera. La gratificación como consumidor es enorme y apenas si hay oferta accesible en este sentido. Esto me animó a abrir la tienda en Madrid.

¿Cuál ha sido la evolución?

Lo que en un primer momento se planteó como un espacio donde se pudiera conocer de primera mano este tipo de propuestas, se pudiera probar, encargar, comprar moda sostenible, y ha desembocado en un proyecto integral que trabaja sobre todo como agente de comunicación de la moda sostenible y de las marcas que nacen con este propósito entre muchas incertidumbres;  las ayudamos a lanzarse a darse a conocer y a llegar más lejos

Por otro lado, tenemos un planteamiento global de toda la estructura de la empresa  que gira alrededor de la moda sostenible pero también de un cambio de modelo económico y social: pertenecemos a SANNAS y al Mercado Social, somos partner en NESI Málaga y colaboramos con el Fashion Law Institute.

¿Cómo es el cliente medio? ¿Consume también alimentos ecológicos?

Nuestro cliente es un consumidor muy concienciado que se hace muchas preguntas, con un nivel cultural alto y muy inconformista. La mayoría está comenzando a replantearse su modo de estar en sociedad y en transición hacia un día a día más consciente. No es presa fácil del marketing. La gran mayoría consume alimentos ecológicos y también vienen muchos veganos.

Tienes marca propia, El Sinvivir. ¿Cómo es diseñar moda sostenible? ¿Cuáles son los parámetros que sigues?

Todo esto surgió de una necesidad personal de ser coherente en mi día a día con mi modo de pensar. De ahí surgió la marca El Sinvivir donde quise ver reflejada esa pérdida de equilibrio en lo personal, lo social y lo ambiental, pero dándole un toque de humor y de optimismo. Quise que fuese desde el principio realizada en tejido orgánico y con unas certificaciones laborales que garantizaran unas condiciones dignas. No obstante, he de reconocer que a El Sinvivir lo ha fagocitado The Circular Project y que le dedico muy poco tiempo, pero volveré con ella en un futuro.

Una de las características de la moda sostenible es que es atemporal, huyendo de las modas, ¿no? 

La moda sostenible es una moda que no sigue tendencias y que fundamentalmente se centra en la persona, en el  respeto a la manera que cada uno de nosotros tenemos de manifestarnos. De este modo también luchamos contra esa carrera por llenar los percheros de los grandes almacenes en una lucha contra reloj e irracional que genera unas necesidades ficticias y que tanto daño hacen a nuestro planeta.

¿Todas las prendas de la tienda son hechas con materiales 100% ecológicos?

El 80% de las prendas que tengo en mi espacio son ecológicas hechas con materiales orgánicos de nueva generación como fibra de leche o bambú y, claro, algodón orgánico, cáñamo, etc. Luego tengo firmas de upcycling o también con seda mezclada con pura lana como los preciosos diseños de Fancy Sheep.

En la Jornada “Nuevos modelos económicos para cambiar el mundo” llevada a cabo en BioCultura Madrid  comentaste que la moda sostenible “es sobre todo mesura, porque la ropa más ecológica es la que ya tenemos en nuestro armario”. ¿Tanta ropa compramos?

Es un círculo vicioso. No podemos seguir produciendo ni consumiendo la cantidad ingente de ropa que ahora mismo se da y que en muy poco tiempo (de media unos tres meses) pasa a ser residuo textil. Ya solo en Reino Unido se calcula que ronda más de 2 millones de toneladas al año. Residuos que son muy contaminantes y que en un porcentaje muy alto no reciben una segunda vida.

En España el gasto anual en ropa es superior a los 20 millones anuales y se prevee que en dos años está cifra aumente un 26%, una brutalidad si tenemos en cuenta las consecuencias tan devastadoras que dichas cifras tienen en el medio ambiente y las personas.

Urge replantearse de raíz toda la industria y no veo que se esté haciendo con los planteamientos adecuados. La sostenibilidad es mesura, esto implica frenar, dejar de producir como se está haciendo, dejar de arrasar el planeta, y pienso que ahora mismo ninguna de los grandes emporios textiles tiene intención de hacerlo. Al contrario, si se suben al carro de la sostenibilidad es siempre en el marco de un greenwashing estudiado que les lava la cara pero no su esencia. Estas campañas son falaces y terriblemente dañinas porque generan mucha confusión y es complicado luego hacer llegar al consumidor el mensaje adecuado. Ellos nunca pierden. Perdemos todos los demás.

Al igual que a los agricultores ecológicos, te habrán dicho muchas veces que “lo ecológico es muy caro”, ¿no? ¿Qué les respondes?

Al hilo de mi respuesta anterior, esa afirmación está hecha desde la perspectiva de un universo fast fashion y low cost que lo que ha inyectado en nuestro ADN es un gusto por la inmediatez y lo barato a costa de muchas cosas. 

La moda sostenible, la moda que puedes encontrar en The Circular Project, no solo no es cara si no que, dada la manera en la que llega a tus manos, es incluso más barata. Son piezas únicas o de edición limitada producidas localmente y con muchas horas a la espalda de análisis e investigación. Prendas que anteponen la calidad, la ética y la equidad a cualquier demanda del mercado.

Evidentemente no tenemos cestas de “Todo a 3, 5 o 10€” porque para que alguien te pueda vender a esos precios detrás ha habido muchas irregularidades laborales y ambientales que tenemos que empezar a parar con nuestro consumo.

¿Mi respuesta? Pues al hilo del informe Havas “Superbrands 2016: los consumidores y el futuro de los modelos empresariales” es la siguiente:  Tu poder como consumidor supera a tu poder como votante, utilízalo, cambia las cosas.

Eres la presidenta de la Asociación Moda Sostenible Madrid y perteneces a la plataforma Planeta Moda, ¿no? ¿Está unido el sector?

La Asociación de Moda Sostenible de Madrid hace un año que nació y estamos dando nuestros primeros pasos, tomando contacto con la realidad en la que tenemos que manejarnos. Queda un largo y apasionante camino por delante. Con Planeta Moda colaboramos siempre ya que están muy concienciados en sacar adelante unas propuestas que enlazan muy bien con todo lo que representa Biocultura y el compromiso por ser parte activa de un cambio.

También colaboramos con el resto de asociaciones. Existe una comunicación fluida que nos cohesiona y en la que trabajamos para que en un futuro podamos estar unidas en una federación.

¿Cómo ves el presente y futuro del sector eco?

Siempre lo digo pero es que es así, es cierto, esto está en ebullición hay un futuro muy prometedor. Cada vez es más patente que esto es una realidad que ha llegado a quedarse, a hacerse fuerte y plantear que otro modelo más consciente es necesario porque va en ello nuestra propia supervivencia como especie. 

Ahora no hay una gran marca que no te hable de sostenibilidad o te cuente que es un objetivo a alcanzar. Esto es muy buena noticia aunque, como ya te he dicho, los planteamientos iniciales no sean, para mí, los idóneos.

Por otro lado, las marcas que nacen nuevas ya vienen con esta inquietud y con la necesidad de hacer todo el planteamiento empresarial bajo los criterios sostenibles.

El futuro, por tanto, es esperanzador.

El presente duro, difícil, complicado, porque para conseguir que esto se haga bien y tenga los resultados esperados hay que echarle muchas horas, mucho esfuerzo, tener unas convicciones muy fuertes y sobre todo hacer una buena labor comunicadora que alcance a todos los estratos de la sociedad  con el mensaje exacto y depurado.

Aun así merece la pena. Cada vez que alguien da el salto a un consumo responsable es un enorme triunfo para todos los que nos dedicamos a esto.